"El que no se queda callado, el que
iguala con la vida el pensamiento, tiene ya mucho ganado para
rejuvenecer"J. M.Caballero Bonald
PREMI CERVANTES 2012
El poeta i narrador José Manuel Caballero Bonald ha
estat guardonat amb el Premio Cervantes 2012, considerat
el Nobel de les lletres hispàniques, i reconeix la figura d'un
escriptor que amb el conjunt de la seva obra hagi contribuït a
enriquir el llegat literari hispànic.
És poeta, novel·lista i assagista.Potser més conegut pel gran
públic com a poeta, Caballero Bonald ha dit que la poesia és "una
mezcla de música y matemáticas". Es refereix a la recerca
incessant del poeta no només per plasmar una idea sinó per trobar
aquelles paraules que millor combinin o serveixin per transmetre el
que l'autor vol des del significat i la sonoritat.
Caballero
Bonald és poesia essencial de l’amor i de la dissidència. Si és
que no són la mateixa cosa: “quién sinó tú me fue enseñando a
conocer las fases de la resistencia”. Amor en clau vital, sense
concessions: amb alegria, dolor i desamor “para poder seguir
viviendo”. I dissidència contra tots els poders. Poesia dels
marges, habitant les perifèries de l’ànima i de la realitat.
Versos per la desobediència. Complicitats amb el territori d’allò
proscrit, “la noche es un remedo veraz de insumisión”. L’any
2007 Seix Barral va editar “Somos
el tiempo que nos queda”
l’antologia (1952-2005). Després Caballero Bonald encara ha
publicat “La noche no tiene
paredes” un poemari preciós, un
cant a la llibertat des del pas dels anys. I recentment
“Entreguerras”
qualificat per ell mateix com la seva autobiografia poètica, un sol
poema de tres mil versos que clou així: “mientras musito escribo
una vez más la gran pregunta incontestable ¿eso que se adivina más
allá del último confín es aún la vida?.
"Memorias
de poco tiempo" 1954
Llega el momento
de decir la palabra
y se la deja fluir, se la ayuda
a resbalar entre los labios,
anclada ya en sus límites de tiempo.
La palabra se funda a ella misma, suena
allá en el corazón del que la habla
y trepa poco a poco hasta nacer
y antes es nada y sólo una verdad
la hace constancia de algo irrepetible.
y se la deja fluir, se la ayuda
a resbalar entre los labios,
anclada ya en sus límites de tiempo.
La palabra se funda a ella misma, suena
allá en el corazón del que la habla
y trepa poco a poco hasta nacer
y antes es nada y sólo una verdad
la hace constancia de algo irrepetible.
Súbitamente esa palabra aumenta
el hallazgo caudal de la memoria,
boga sobre los hombres que la escuchan,
gira anhelante entre vislumbres
y se alza más y más y se perfila, pule
sus bordes balbucidos, se nivela entre sueños.
Después inicia su holocausto.
Función de amor o de vileza,
la palabra se gasta en los oídos,
puebla sus márgenes de brozas,
se torna vana, amago de un aliento,
oscuridad final y sin sentido.
Está cayendo ya hecha pedazos.
Rescoldos sumergidos, restos
de rescates sin fondo, flota y flota
sobre las intenciones proferidas,
entre el silencio de las conjeturas.
Es nada la palabra que se dijo
(no importa que se escriba para
querer salvarla), es nada y lo fue todo:
la música del mundo y su apariencia.
Comparecen los libros en lugares
anómalos, se juntan
con indolente asimetría:
un tropel
de vestigios locuaces,
pendencieros, irresolutos, lerdos.
He pugnado con ellos
durante muchos años: los he visto nacer,
durar, languidecer. He resistido
intemperies, saqueos, turbamultas.
Algunos llevan dentro
la ponderada prueba de mi envidia,
los más el distintivo
incorregible de la decepción.
Mi error fue abrir un día un libro.
By Selçuk Demirel.
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